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El caso de un indigente que tenía una fortuna en el banco

Carodka Studio | miembro de la prensa hn independiente.


Vivía debajo de las bancas de los plazas públicas en Dallas, Texas en los Estados Unidos. Robert Colinks quedó en banca rota a la edad de 48 años y llevaba más de 15 años viviendo en las calles. Sobrevivía gracias a la buena generosidad de los transeúntes que lo veían sentado en la calle. A sus 63 años, Robert Colinks ya se veía desmejorado, desaliñado con larga cabellera y barba abundante. Su rostro lucía desencajado y su cuerpo mostraba severos signos de desnutrición.




Robert Colinks era un hombre que creía en la filosofía financiera del aclamado gurú de las finanzas "Robert Kiyosaki", se había leído de principio a fin el libro de "Padre Rico, Padre Pobre" unas 35 veces.


Dentro de las anécdotas que Robert Kiyosaki cuenta en su libro, se encuentran las que tienen que ver con invertir el dinero en ves de ahorrarlo, así es que Robert Colinks tomó una fuerte cantidad de dinero de sus ahorros y decidió invertirla en la bolsa de valores. Robert era diseñador gráfico y laboraba para el departamento de publicidad de una concesionaria automotriz muy prestigiosa del estado de Texas, devengaba un buen sueldo mensual, era un ciudadano estable en sus finanzas.


Robert Invirtió una fuerte cantidad de sus ahorros en la Bolsa de Valores a través de un broker confiable de los Estados Unidos. Para recibir las ganancias de aquellas inversiones, Robert decidió colocar su cuenta bancaria en los datos personales que le solicitaba el broker llenar del formulario de ingreso.


Como las ganancias en la bolsa de valores no salen de la noche a la mañana, demorando hasta meses, Robert dejó a un lado el tema de sus acciones y continuo su vida cotidiana. Justo a las dos semanas de haber metido sus inversiones a la bolsa de valores, es despedido de la empresa para la que laboraba a causa de recortes de presupuestos de la compañía.


Robert decidió vivir, como desempleado, con la liquidación que le dieron a causa de su despido, sin embargo las cosas no iban para nada bien en sus finanzas. Su cómoda casa costaba el 40% de su salario de alquiler y como llevaba una vida cómoda, pronto la mensualidad por su vivienda más la compra de los artículos de su uso personal fueron llevándolo a la banca rota. Así Robert terminó sin un centavo de sus ahorros a causa de los pagos de servicios públicos como energía, teléfono, calefacción, pagos de impuestos y su propia alimentación.


Robert había enviudado a sus 35 años y no pudo engendrar hijos con su amada esposa, su padre había fallecido en un accidente vial cuando él terminaba sus estudios de Diseño Gráfico y su madre hacía unos meses atrás de la muerte de su padre, falleció de cáncer de seno, fue el único hijo de un matrimonio de origen europeo que había emigrado a norte América por causa de la unión soviética, por tanto, además de estar en quiebra financieramente hablando, Robert, quedó solo sin ayuda de nadie.


Robert desesperadamente trató de buscar empleo pero lastimosamente ninguno de los que le ofrecían lograba darle el sueldo con el que llevaría la vida que tenía. Los horarios eran esclavizados y la paga era bajísima. De forma que Robert terminó viviendo en las banquetas de las plazas públicas de la ciudad de Dallas, la ciudad que nunca duerme.



Así vivía, de banqueta en banqueta, tratando de vivir de la caridad de los demás, no había nada que Robert pudiera hacer, podía más su orgullo al tratar de pensar en algo que le mantuviera vivo que tener que ir a esclavizarse a un horario de oficina mal pagado. Pronto su apariencia comenzó a desmejorar. Sus largas cabelleras, sucias debido al polvo, lo transformaron en otro hombre, "un completo indigente".



Cierto día, después de un poco más de 15 años, un oficial se le acerco con un objetivo en mira, hacer que este hombre "indigente" llamado Robert, dejara de vivir en las banquetas de la plaza pública en la que él patrullaba. Cuando se le acercó para hacerle algunas preguntas, Robert temeroso quizo escabullirse pensando que lo quería arrestar por no pagar sus impuestos y vivir de forma inadecuada, además Robert pensó que el oficial seguro creería que era un ilegal en el país y lo llevaría a celdas de prisión donde son torturados en cuartos muy fríos. Sin embargo, el oficial fue astuto y notando que se quería escapar le dijo: "vengo en son de paz y deseoso ayudarle".


Hesler Henz era un oficial asignado al "programa de protección de ciudadanos que han quedado en la indigencia" el objetivo de este programa liderado por Hesler Henz era de ayudar a las personas que por acabar en la indigencia habrían perdido sus documentos personales y no podrían buscar ayuda social del gobierno, como el seguro social que pensiona a los mayores de 60 años.


De manera que Hesler le preguntó, "¿tiene alguna identificación con la que podamos ir a tramitar su ayuda social del gobierno? Esos fondos le vendrían muy bien y conseguir un apartamento donde pasar sus noches y un poco de comida, así dejaría de vivir en las frías banquetas de la ciudad". Al escuchar esto, Robert se tranquilizó y pensó: "no se me había ocurrido hacer uso de la ayuda social del gobierno".





Robert le indicó a Hesler que sus documentos personales los había perdido a solo semanas desde que comenzó a vivir en la calle, probablemente alguien se los robó mientras dormía.

Así es que Hesler se lo llevó a su casa y le ayudó a que pudiera bañarse después de más de 15 años que no lo hacía. Le proporcionó ropa a su medida y zapatos.


De esa forma Hesler llevó al seguro social a Robert para averiguar si por medio de su número de seguro social podía solicitar la ayuda del gobierno, sin embargo, al llegar a la ventanilla, Robert indicó que no se sabía su número de seguro social, a lo que Hesler en un interés de ayudarle replicó: "¿Pero aún recuerdas todo tu nombre y tu número de identidad?", - Sí - contestó Robert.


Al buscarlo en el sistema, la oficial en ventanilla les comunicó que Robert no aplicaba de la ayuda social del gobierno. Hesler se indignó y dijo: "pero, ¿porqué no?, este hombre es mayor de la tercera edad y se pasó trabajando por muchos años, como ciudadano merece que se le dé la ayuda social". Ante el reclamo del oficial Hesler, la oficial que le atendía dijo: "Cálmese oficial, vea la razón por la que Robert no aplica al seguro social, déjeme terminar, ´Robert no aplica a la ayuda monetaria del gobierno, porque tiene una cuenta bancaria con un saldo de 20 millones de dólares". Ante la incredulidad de Hesler y del mismo Robert, la oficial movió la pantalla de su computadora que le mostraba los datos completos que maneja el gobierno estadounidense de todos los ciudadanos para enseñárselos a los dos.


Hesler no lo podía creer, lo miró con sospecha y le dijo, "¿por qué me engaño con esa apariencia de indigente? Hasta le di ropa y calzado además de comida, siendo usted un millonario. Robert con cara de asombrado y con ojos brillantes le respondió: "puede hacerme análisis médicos y verá que no solo era mi atuendo el desgastado, sino mi cuerpo, seguro he de tener anemia y desnutrición por lo mal alimentado. Si yo hubiese sabido que eso estaba en mi cuenta no hubiese tenido de pasar por todo este sufrimiento que pasé.


Las acciones que Robert había hecho en la bolsa de valores habían subido de valor, su broker había vendido sus acciones a un buen precio y quizo contactarlo por telefono y en su domicilio para comunicarle la ganancia que había obtenido, pero le fue imposible pues Robert ya tenia varios meses de vivir en la calle por no haber pagado la renta de su casa y sin haber terminado de pagar su línea telefónica donde ser localizado. Pero el Broker decidió continuar con el protocolo establecido para los inversores y depositó la fuerte suma de dinero debido a la ganancia adquirida por la venta de sus acciones, a la cuenta bancaria que había estipulado Robert en el formulario que llenó al ingreso de su inversión.


Fue así como de indigente, pasó a ser millonario.

Robert ahora está más decidido a continuar invirtiendo fondos en la bolsa de valores, comprando acciones para luego venderlas a un alto precio.



También desea poder ayudar a los indigentes de las calles, creando una fundación que aloje y les dé comida a quienes no tienen techo, comida ni qué cubrirse. Sin embargo Robert dice que planea apoyarlos con empleos dignos donde ellos se sentirán útiles en la vida y ganarán su dinerito para poder vivir como ciudadanos normales.

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